La firmeza de la piel depende de cómo está estructurado el tejido subcutáneo y las fibras proteínicas de la dermis, el colágeno y la elastina, entre otras. Pero ¿por qué la piel pierde elasticidad?
Factores que aceleran el proceso de pérdida de elasticidad
El paso de los años hace que pueda aparecer la temida flacidez, en el rostro o en el cuerpo, algo que es inevitable que suceda pero para lo que existen multitud de tratamientos de medicina estética encaminados a combatirla.
Conforme avanza el tiempo la estructura de la piel se va rompiendo debido a la gravedad y a los años que cumplimos, además, tampoco se renueva con tanta rapidez como antaño y la piel está menos firme y tersa.
Las células de la epidermis, según pasa el tiempo, van perdiendo su poder de regeneración y su capacidad para contener las fibras musculares, por eso el peso acaba ganando la batalla y la piel queda descolgada. Ésto no es algo que suceda solamente a una edad avanzada, ya que hay motivos y factores externos que también pueden acelerar el proceso de pérdida de tono de la piel.
Y es que la forma en la que vivimos, los hábitos y rutinas diarias, la alimentación… también influyen en que se pueda ir perdiendo la elasticidad de la piel, debido a que no estemos cuidando aquello que la mantiene tersa y propiciemos un envejecimiento prematuro de la misma.
Perder o ganar peso rápidamente, el efecto del sol o la genética también contribuyen a que la piel pierda su firmeza y se vuelva flácida. Además, las personas que fuman experimentan un envejecimiento más veloz que las que no lo hacen.
Cómo prevenir la pérdida de elasticidad en la piel
Llevar una dieta equilibrada y saludable, protegerse del sol a diario y evitar hábitos como el tabaco pueden ayudar a que la piel se mantenga firme por mas tiempo.
Es esencial, igualmente, que esté adecuadamente hidratada y limpia.
Llevar una vida sedentaria también hará que nuestra piel pierda su firmeza, por eso, es importante realizar ejercicio físico para que se estimulen todos los procesos que favorecen su regeneración. Una buena circulación sanguínea hará que las células que dan elasticidad a la piel estén adecuadamente nutridas; además, aumenta el drenaje linfático que favorece la eliminación de toxinas.
Cuando la piel pierde colágeno pueden aparecer arrugas, además de la caída de los tejidos, pero además de prevenirlo también puedes paliarlo a través de tratamientos de medicina estética que favorecen la producción natural de elastina y colágeno, como puede ser la técnica de los hilos tensores o un peeling facial, entre otros.