En los últimos años se ha avanzado en el reconocimiento del lipedema, una enfermedad crónica que, según estimaciones recientes, podría afectar a entre un 10 % y un 11 % de las mujeres. Sin embargo, sigue siendo poco diagnosticada y, con frecuencia, confundida con obesidad o celulitis. Este desconocimiento retrasa el acceso a un tratamiento adecuado y agrava el impacto que la enfermedad tiene en la salud y la calidad de vida.
Desde Centro Médico Estético Ruiseñores, en Zaragoza, queremos aportar claridad sobre esta patología y explicar cómo se puede abordar de manera integral. ¡Sigue leyendo!
¿Qué es el lipedema?
El lipedema es una acumulación anómala y simétrica de grasa subcutánea, que aparece sobre todo en las piernas y, en algunos casos, en los brazos. A diferencia de la obesidad, esta grasa no desaparece con dieta o ejercicio y respeta manos y pies, lo que ayuda a diferenciarlo del linfedema.
Se trata de una patología con origen hormonal (pubertad, embarazo, menopausia) que genera síntomas físicos y emocionales, siendo el dolor, la pesadez y la facilidad para los hematomas los más característicos.
Síntomas más frecuentes del lipedema
Los signos más comunes que pueden indicar lipedema son:
- Acumulación de grasa en piernas y brazos de forma simétrica.
- Dolor a la palpación y sensación de pesadez constante.
- Hinchazón que no mejora con reposo.
- Tendencia a la aparición de hematomas.
- Piel con nódulos o irregularidades al tacto.
- Limitación progresiva de la movilidad.
Diagnóstico del lipedema
El diagnóstico del lipedema es principalmente clínico, ya que no existen pruebas específicas ni biomarcadores. Por eso, es fundamental la valoración por parte de profesionales con experiencia.
Así, en nuestro Centro Médico Estético en Zaragoza, realizamos un diagnóstico individualizado para cada paciente, evaluando el grado de lipedema, la sintomatología y las posibles comorbilidades (insuficiencia venosa, dislipidemia, alteraciones emocionales).
Consecuencias de no tratar el lipedema
Cuando no se diagnostica ni trata a tiempo, el lipedema tiende a progresar lentamente:
- A nivel físico, puede provocar dificultades para caminar largas distancias, dolor crónico y problemas en la articulación de la rodilla o la cadera por la sobrecarga.
- A nivel emocional, es frecuente que genere frustración, inseguridad y alteraciones del ánimo, especialmente porque las pacientes a menudo se sienten incomprendidas al no obtener respuestas claras.
Tratamiento del lipedema: un enfoque multidisciplinar
Aunque hoy en día no existe un tratamiento curativo para el lipedema, sí contamos con opciones terapéuticas eficaces que permiten mejorar los síntomas, frenar la progresión de la enfermedad y, sobre todo, aumentar la calidad de vida de las pacientes. El abordaje más recomendado es multidisciplinar, combinando medidas conservadoras y, en casos seleccionados, tratamientos quirúrgicos.
Tratamientos conservadores
El primer paso suele centrarse en controlar los síntomas y mejorar la funcionalidad. Entre las opciones más utilizadas se incluyen:
- Fisioterapia y drenaje linfático manual: técnicas que favorecen la circulación linfática, reducen la sensación de pesadez en las piernas y alivian el dolor característico del lipedema.
- Prendas de compresión médica: recomendadas para disminuir el edema y mejorar el retorno venoso, contribuyendo a una mayor comodidad en la vida diaria.
- Ejercicio físico adaptado: deportes de bajo impacto, como la natación, el pilates o la bicicleta estática, ayudan a mantener la movilidad y a reducir la sobrecarga articular.
- Nutrición especializada: si bien la grasa del lipedema no responde a dietas estrictas, una alimentación adaptada y supervisada contribuye a disminuir la inflamación, regular el metabolismo y mejorar la salud general.
En Centro Médico Estético Ruiseñores contamos con un equipo especializado en fisioterapia y nutrición, ofreciendo planes personalizados para cada paciente. Nuestro objetivo es adaptar el tratamiento a cada caso concreto, combinando medidas médicas y de estilo de vida que permitan mejorar tanto la sintomatología como el bienestar diario.
Tratamiento quirúrgico
En los casos más avanzados o cuando el tratamiento conservador no es suficiente, puede valorarse la opción quirúrgica. La técnica más utilizada es la liposucción asistida adaptada al lipedema (como el método tumescente, VASER o water-jet). Estas técnicas permiten retirar parte del tejido graso patológico con seguridad, mejorando notablemente el dolor, la movilidad y el aspecto estético de las extremidades.
No obstante, este procedimiento debe realizarse siempre en centros especializados y bajo un riguroso diagnóstico individualizado. Además, incluso después de la cirugía, se recomienda mantener las medidas conservadoras (fisioterapia, compresión, ejercicio y nutrición) para consolidar los resultados y prevenir complicaciones.
Vivir con lipedema es posible con el tratamiento adecuado
Podríamos concluir diciendo que el lipedema es mucho más que un problema estético: es una enfermedad crónica y progresiva que necesita ser reconocida y tratada. Con un diagnóstico precoz y un enfoque multidisciplinar, es posible controlar sus síntomas, frenar su evolución y mejorar la calidad de vida de quienes lo padecen.
Si crees que puedes presentar síntomas de lipedema, te invitamos a pedir cita con nosotros para una valoración individualizada. La detección temprana puede marcar la diferencia en tu salud y en tu bienestar futuro.